El ecchi en
un anime es difícil de evitar. Últimamente se está convirtiendo en un recurso
casi imprescindible para atraer más la atención del público y así la gente se
pueda alegrar la vista. Y dicho anime no tiene por qué pertenecer únicamente a
dicho género, pero sí que es cierto que se puede apreciar un mínimo, una
barrera que rige el toque justo de ecchi que necesita la serie para funcionar.
Quizás encontráis que estoy generalizando mucho, pero no me malinterpretéis. Sé
perfectamente que no todos los animes tienen escenas eróticas o pervierten a
sus personajes hasta niveles absurdos y desde luego que hay buenas obras por
ahí que no les hace falta. El problema viene cuando se intenta comparar las
series de este género con otras que no lo contemplan.
Hay una
teoría bastante extendida que dice que la gente que ve animes ecchis los ven
exclusivamente por su contenido lascivo y repleto de fanservice. Y puedo llegar
a entenderlo, ya que, al fin y al cabo, yo también lo he hecho y los he
disfrutado. La verdad es que apoyo esa teoría, pero no puedo estar
completamente de acuerdo con ella. Hay ecchis que intentan ver más allá, que
intentan contar una historia, mostrarnos personajes trabajados, con sus
problemas, sus inquietudes, sus ganas de hacer cosas, pero… en la mayoría de
los casos son esfuerzos en vano. Mi referente para explicar esto siempre ha
sido “To Love Ru” y no creo que vaya a cambiar de parecer. Esto lo digo porque
esa serie nos muestra unas escenas ecchi súper tópicas que intentan ser
camufladas por una historia de aliens metida con calzador que, sinceramente,
encuentro ridícula. Porque no por ser un anime hay que intentar crear una
historia complicada, y más aún cuando tu obra gira entorno del fanservice, ya
que nadie se la va a tomar en serio. Aunque quizás me equivoque, y me gustaría
equivocarme, porque entonces significaría que hay gente que apuesta por este
tipo de contenido, por animes interesantes que, aunque tengan fanservice,
tienen algo que decir. Y aquí es cuando “Monogatari Series” se une a la
ecuación. Hay que decir que “Bakemonogatari” me pilló por sorpresa y, cuando la
retomé después de no enterarme de nada la primera vez que vi su primer
capítulo, me enamoró al instante. Porque “Monogatari Series” TIENE algo que
decir. Allí, todos esos momentos provocativos, todas esas escenas eróticas y
todos aquellos capítulos en los que podemos contemplar a Araragi como un
pervertido, no son más que un adorno. No se están sexualizando a los personajes
que contiene recurriendo a clichés y escenas tópicas, sino que se hace porque…
así es como son y así es como quieren ser. Tiene una historia maravillosa, una
animación única y unos diálogos que ya desearía tener cualquier otro anime. Eso
es lo que diferencia un buen ecchi de uno malo: la importancia que le da el
propio autor al contenido relevante de su obra. Hay que tenerle un poco de
respeto a tu trabajo y no tratar de excusar el abuso de fanservice con una
trama que poco o nada está interesada en contarnos algo. He visto muchos animes
así, y no suelo encontrar nada que esté a la altura. Vi algunos capítulos de “Rosario
+ Vampire” y la historia… parecía curiosa, pero le sobra todo ese erotismo
dirigido a todas aquellas personas que solo quieren ver tetas y lo demás les
importa una mierda. Me he visto “Highschool of the dead” entera y no es
solo que la serie apueste
por personajes planos estereotipados con un harem bastante amplio de mujeres,
sino que no innova en nada el tratamiento de obras zombie. Porque todo el mundo
sabe que en plena apocalipsis lo mejor es olvidarse de todo y ponerse a follar
como conejos, ¿verdad? Y no me vengáis con el típico “bueno, son jóvenes, están
en esa etapa de la vida donde las hormonas toman el control de sus cuerpos”,
porque esa filosofía es absurda. Si es el fin del mundo, lo normal sería que
los personajes sufrieran y tuviesen miedo de absolutamente todo por el hecho de
estar solos. Y claro que puede haber algún momento de lujuria, no me opongo,
pero, de nuevo, la lujuria en exceso acaba eclipsado el contenido que debería
ser más importante de toda la obra. De hecho, “Highschool of the dead” ni
siquiera es una parodia, porque parece tomarse a si misma en serio. No es como “Bienvenidos
a Zombieland”, donde sí se buscaba algo más cómico donde la amenaza zombie se
difuminaba y dejaba paso a las gilipolleces de los protagonistas en un mundo
devastado. No sé… ¿tanto cuesta hacer las cosas bien? Puedo desplazarme hasta “Konosuba”,
por ejemplo. Ya hablé de él en una review que hice hace ya un tiempo, pero
supongo que tendré que volver a meterle mano (no malpenséis, por favor…). Lo
que ocurre ahí, a diferencia de muchos otros animes ecchi, es que Kazuma actúa de
forma bastante normal en lo que se refiere al trato con las mujeres. A lo que
voy es que cuando algún personaje femenino está actuando de forma vergonzosa o
empieza a hacer paridas que incitan al deseo carnal, Kazuma se cierra y da por
sentado que esa persona es idiota y hay que aceptarla como es. Y hay
excepciones, como la escena en la que se queda solo con Darkness en el baño,
pero ese momento es fruto de un malentendido y entonces sí se puede apreciar la
faceta más descarada y pervertida de Kazuma al creer que sus actos no tendrán
repercusión ninguna en la vida real. Aunque ni siquiera hace falta que me vaya
tan lejos, porque me puedo quedar en “Kissxsis”. Sí, ahí el ecchi lo hacen
GENIAL. Lo que pasa con este anime, es que tiene algo que muchos otros animes
del mismo estilo deberían aprender, y es cumplir lo que prometen. “Kissxsis”
promete ecchi, promete escenas eróticas, promete insinuaciones, desengaños,
besos y amores varios y lo cumple todo. La diferencia, es que aquí no se
intenta marear al espectador con una historia profunda ni nada porque… ¿para
qué? Solo está vendiendo ecchi y al autor no le importa alardear de ello, sino
que lo acepta con orgullo y entrega una obra que solo pide ser disfrutada. Y
creedme, yo la disfruté y además le guardo cierto cariño, ya que siempre me
alegra cuando lo necesito. Claro que a veces la caga cuando nos intenta implantar
dramas que no vienen a cuento por cosas algo ridículas, pero oye, nadie es
perfecto. Incluso “Aki Sora” podemos meterlo en la misma categoría que “Kissxsis”
y es disfrutable igual. Supongo que el colofón final sería comentar otro de los
grandes animes ecchi “Highschool DxD” pero solo he visto el primer capítulo e
hice un instant drop, porque percibí que iba a sufrir lo mismo que “To Love Ru”
y no me apeteció. Bueno… quizás algún día llegue a comprender a toda aquella
gente que aprecia estos animes y los defienden a su manera…
O quizás no…
Como dije en su día, el fanservice es basura, pero no por ello es algo que se
pueda desechar fácilmente, más que nada porque hay gente a la que le gusta por
mucho que sepa que es algo… malo. Y, oye, hace un tiempo me vi “Date a Live”
que es ciencia ficción con un porrón de ecchi y… resulta que no me desagradó.
Algo extraño teniendo en cuenta todo lo que he dicho anteriormente, pero
supongo que simplemente me dejé llevar por lo que ofrecía sin prestar especial
atención en lo que ofrecía. Muchas veces el fanservice nos obliga a desviar la
mirada de lo que de verdad importa y entonces es cuando se forman esos grupitos
que defienden esos animes hasta la muerte por motivos X. Pero, claro, supongo
que cada uno le da la importancia que quiere a las cosas. Yo no pido que se me
intente colar una historia en una serie donde lo que más importancia se le da
es el contenido erótico, porque entonces la historia principal se acaba
convirtiendo en un relleno. Y precisamente ese es el problema, que se intenta
crear una historia, pero está vacía. Por eso, animes de este género más simples
como “Kissxsis” no los podré llegar a odiar nunca, porque es lo que es, sin
trampa ni cartón, y no le pido nada más. Sí… el buen ecchi… suena bien, ¿verdad?