Ser niño es
lo mejor del mundo, ¿verdad? Esa época en la que no existen las preocupaciones,
en la que vivimos por inercia y en la que aún no conocemos el lado oscuro de
este mundo. Es la etapa más inocente de nuestra vida y en la que podemos hacer
lo que nos plazca porque aún no somos conscientes de las consecuencias que
pueden ocasionar nuestros actos. Sin embargo, esto no ha sido así para todo el
mundo ya que toda persona tiene su propio drama personal por muy minimalista
que sea. Por eso, la pregunta que nos tenemos que hacer es: ¿Cómo pueden
afectar estas experiencias a nuestro crecimiento como personas?
“AnoHana” es
un anime que quería comentar desde hace ya un tiempo. De hecho, quería
comentarlo ya recién acabado de ver, pero resultó que la pereza me ganó la
batalla en ese momento. Ahora que hace relativamente poco repasé los animes que
había visto hasta ahora, me volvieron a venir las ganas de expresar mi opinión
sobre este anime, uno que habla sobre lo que he comentado anteriormente: la niñez.
Pero antes de empezar contando todo, me gustaría hacer un apunte importante. Si
por casualidad estás leyendo esto sin haber visto “AnoHana”, déjalo aquí. Y no
lo digo solo porque vaya a decir spoilers, sino porque parte de la magia de
“AnoHana” se basa en empezar a ver la serie sin tener ni idea de qué va todo el
asunto. Ahora, empecemos por el principio. Jintan es un adolescente normal con
una vida normal pero que tuvo una niñez un tanto dura. Esto se debe a que él y
su grupo de amigos perdieron a una chica de su grupo: Menma, que murió en un
trágico accidente. Sin embargo y para la sorpresa de Jintan, el espíritu de
Menma empezó a aparecérsele en su casa y solo él puede verla. ¿Por qué? ¿Cuánto
tiempo lleva con viviendo con ella? ¿Cómo murió exactamente Menma? Todas estas
preguntas que a primera vista pueden resultar un problema nunca se acaban
sabiendo con certeza, pero se pueden ir intuyendo a medida que transcurre la
trama. Aunque, en realidad, tampoco es que esta sea una historia demasiada
complicada. Debido a la aparición del fantasma de Menma, Jintan se verá
obligado a reecontrarse con su antiguo grupo de amigos para averiguar qué es lo
que ella desea. Esto ocasiona que Menma sea
el epicentro de toda la historia. Las acciones de todos los personajes se
centran en ella y todos actúan según lo que ella dice. Pero espera un momento,
¿no podía verla solo Jintan? Ahí es donde está la magia, ya que Jintan actúa
como intermediario. Pero el hecho de que la vea solo él no tiene precisamente
que ser algo bueno. Y esto, obviamente, se debe a que sus amigos lo juzgan
diciendo que es un loco que se niega a admitir la realidad y que simula ver
algo que no existe. Aunque esto tampoco tiene que ser necesariamente verdad.
Quiero decir, es cierto que Jintan no puede olvidar lo que sucedió aquel día,
pero sus amigos tampoco han desechado del todo esos recuerdos. Si no, ¿por qué
se molestan tanto cuando Jintan habla de Menma? Realmente todos los personajes
están atascados en el pasado, todos han intentado cambiar, han intentado
olvidar y la única persona que sigue con la misma personalidad de siempre es
Menma. Y este es el punto fuerte de “AnoHana”: sus personajes. Aquí de verdad
sientes que estás viendo a personas sufrir el camino de la vida, ves cómo cada
uno afronta sus problemas y como intentan seguir adelante. Y, al final, resulta
que la persona más incomprendida siempre resulta ser Menma. A lo largo de la
serie vemos como se intenta comunicar con otra gente y nadie le hace caso
porque nadie más a parte de Jintan puede sentir su presencia. Tiene que cargar
con el dolor de la ignorancia, saber que sus amigos están ahí pero no puede
interactuar con ninguno de ellos. Y esto, ya de por sí, resulta frustrante y
cargante para ella. De hecho, me gustaría decir algo más. Cuando empecé a ver
la serie, lo hice sin saber que Menma estaba muerta. Puede parecer una
tontería, pero es entonces cuando te das cuenta que no es hasta la mitad de la
serie que te dicen que Menma está muerta. Por eso, al principio, cuando veía
que ella iba viviendo su vida con Jintan, haciendo acto de presencia en sus
conversaciones y tal, yo no sentía que los demás no pudieran verla. Así, acabé
de confirmarlo en el momento en que Jintan invita a Popo a su casa y se ve
claramente el esfuerzo de Menma por intentar hablar con él y, sin duda, me
parece brillante. Un momento trágico y que al mismo tiempo te llega al alma.
Pequeñeces como esta enriquecen el resultado de la serie, haciendo que se
desmarque del clásico tópico que sale en tantos otros animes en el que se
explica a cada momento qué coño está pasando. Y ya, dejando de lado el cómo es
cada personaje, hablemos de cómo interactúan entre ellos. Si no recuerdo mal
son 6 amigos los que forman tal grupo incluyendo a Menma y hay como dos o tres
que actúan de una forma algo más reservada. Y la verdad es que puedo entender
esto porque, a medida que la trama avanza, se va desentrañando un pedazito más
de ese oscuro pasado y los deseos ocultos e inseguridades de todos los
personajes. Bueno, el caso es que me llamó bastante la atención su forma de
divertirse. En algunos otros animes se puede observar como los niños juegan en
la calle y se divierten en la calle y son felices haciendo cosas en la calle,
sin embargo, no toda infancia debe ser así, y eso es algo que “AnoHana” maneja
a la perfección. Por ejemplo, hay un capítulo en el que se pasan todo el día
jugando a las consolas en casa de uno de ellos, porque no todo ha sido jugar en
la calle como críos, sino también hacer quedadas para jugar a videojuegos hasta
que se ponga el Sol. Además, en los distintos capítulos este grupo de amigos
van haciendo diferentes cosas solo para poder encontrar lo que Menma busca, así
la trama se convierte en algo innovador que mantiene nuestra atención en todo
momento. Porque cada momento, cada tramo de historia, tiene un inconmensurable
valor. “AnoHana” nos enseña a valorar a nuestros seres queridos, nos enseña a
ser personas y nos enseña que, después de una tormenta, viene la calma. Y esto
es algo que alcanza su clímax en el final. Finalmente, cuando Jintan y sus
amigos cumplen el deseo de Menma de hacer unos fuegos artificiales todos
juntos, llega la hora de despedirse, y “AnoHana” se despide por todo lo alto.
Al haber cumplido su deseo, Menma ya puede morir en paz sabiendo que el vínculo
entre ella y sus amigos jamás se romperá pase lo que pase. Por esta razón,
decide escribirles a cada uno de sus amigos una carta de escasas palabras que
lo dicen todo, unas palabras que perdurarán por los siglos de los siglos,
aquellas palabras que se quedan grabadas en el corazón. En cada una de ellas,
Menma describe lo que le gusta de cada uno a fin de que sepan que ella siempre
estará con ellos. Sin embargo, hay algo que tengo que quitarme de encima o voy
a estallar. Tampoco lloré tanto con el final. Es decir, sí me parece un momento
precioso y muy íntimo, pero… para mí no era suficiente para hacerme llorar a
cántaros. ¿Lloré? Por supuesto, pero me sentía incluso un poco forzado a ello,
como si la serie me estuviera presionando para que soltara alguna lágrima
porque, sino, me iba a tachar de insensible. Ese final me recordó unas palabras
de un hombre muy sabio: “El hecho de que los personajes lloren todo el rato y
digan que están hechos una mierda no tiene por qué afectarme”. Y puede sonar
muy cruel dicho de esta manera, pero… es que es cierto. Lo primordial que
siento al ver un personaje llorar es respeto. Es un momento muy fuerte para él
y se ve que lo está pasando mal. Son momentos muy delicados en los que
cualquier palabra que otro personaje diga se puede volver en su contra. Pero
esto no significa que yo también vaya a emocionarme. Y otra cosa: ¿Por qué de
repente al final todos los del grupo pueden ver a Menma? Esto es algo que me
molestó un poco porque, si nadie la hubiera acabado viendo, la serie no habría
acabado con ese final. Es un final por conveniencia, un final que sucede porqué
sí, porque así lo dice el guion. Por eso, encuentro que los momentos
emocionales como ese también tienen que tener justificación porque, al
contrario, más de uno se puede ir insatisfecho.
No quería acabar
la crítica de esta manera, pero al final ha resultado ser inevitable. También
podría ser que en realidad me estoy quejando por vicio, por no querer admitir
que es una serie perfecta y sin puntos muertos. Pero, visto desde mi punto de
vista, no es así. “Ano Hana” es una obra original y creativa sobre unos niños
en proceso de madurez. Yo también he sido un niño y por eso es muy fácil
empatizar con los personajes. Sientes lo que ellos sienten. Pero por desgracia,
encuentro que ese final se ha idealizado demasiado. Me jode decirlo, pero… no
es perfecto. Tantos comentarios y críticas he visto sobre “AnoHana” en las que
todas se decía lo mismo ha acabado con mi paciencia y al final no he podido
soportar llevar más esto dentro. Y puede que muchos piensen que me estoy
desfogando con la serie, que es odiar por odiar, que la culpa la tienen los
demás y no la propia serie. No voy a negarlo, pero tampoco lo encuentro del
todo correcto. Los verdaderos momentos emocionales no son aquellos en los que
los personajes lloran desconsoladamente, ya que eso es algo que cualquier serie
intenta hacer creer a los demás. Los verdaderos momentos emocionales son
aquellos en los que tu sufres, te quedas paralizado ante dicha situación,
aquellos momentos que te dejan abatido. Y estos momentos no tienen que ir
siempre acompañados de lágrimas. Por eso me gusta tanto “Code Geass”: porque contiene
esos momentos y consiguen destrozarte por dentro, te hacen sentir débil. Y mi
conclusión final no es que “AnoHana” sea un anime malo o que no merezca la
pena, no. Es un anime magnífico que ha conseguido crear unos de los personajes
más reales que haya visto en cualquier otro anime. Consigue mezclar drama y
comedia sin por ello recurrir a la acción y nunca aburre al espectador. Se
podría decir incluso que no tiene nada en especial, pero son estos detalles los
que hacen de “AnoHana” algo único y consiguen emocionar a cualquier persona que
vea esta joya.