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¡Sorpréndeme!
15 de Enero, 2017    General

Love Live!

En los animes es muy habitual meter una historia de acción simplona, romances que no llegan a zanjarse, las aventuras de algún estudiante que por la gracia de Dios consigue ligarse a todas y cada una de las chicas de su clase o ecchi y fanservice. Mucho fanservice… Luego están todos aquellos anime que pueden tener alguna de estas características pero se les puede perdonar estos detalles porque la trama es interesante o bien porque la interpretación de los personajes te toca en lo más hondo. Todo eso está muy bien, sí, pero… ¿y si por casualidad resulta que soy gay? ejem ejem, digo… ¿Y si resulta que a mí lo que me interesa no es una obra de acción, fantasía o misterio sino una obra más alegre y frenética? ¿Y si resulta que lo que yo quiero ver es algo que se adentre en el mundo del baile? ¡Pues aquí está la solución a todos estos problemas! Bueno, o al menos en teoría…

En 2013 llegó la adaptación anime de “Love Live” y mucha gente lo describió como el renacer de Jesucristo. Esto se debe, no tanto a su historia (que tiende a ser algo simple), sino al cambio de mentalidad y, sobre todo, al cambio de género. “Love Live” vendría a ser como el “Star Wars” de los animes de idols ya sea porque es el más conocido o ya sea porque lo que hace, lo hace mejor que nadie. Ahora, expliquemos de que va todo el asunto. La Preparatoria Otonokizaka es una escuela exclusiva de mujeres la cual deberá cerrar sus puertas en poco tiempo debido a las pocas estudiantes que hay allí. Para solucionar este problema, Honoka intentará crear un grupo de idols para así llamar la atención de otra gente y se apunten a su escuela para que ésta no cierre. Una trama simple pero que, a su vez, da pie a crear subtramas dentro de la historia principal. Obviamente hay un hilo central que es el de intentar atraer público pero, antes de llegar a ese punto, hay que reunir primero a las integrantes del grupo. La primera temporada se basa más en eso y en ver qué razones tiene cada persona para estar en tal grupo. Y aunque todas tienen como misión principal impedir que la escuela cierre, también tienen motivos personales para estar ahí. Puede que alguna esté por orgullo, otra porque se ha visto arrastrada a colaborar, otra porque quiere demostrar su talento al mundo, otra porque quiere que todos la recuerden o otra por simple superstición. Hay deseos propios y todo el grupo socializa entre sí para poder alcanzar lo que buscan. Sin embargo… lo veo todo muy… feliz. Entiendo que es normal que todas las chicas de la banda se lleven bien entre sí, aunque a veces surjan conflictos efímeros o peleas que se solucionan con el tiempo. Aun así, no hay auténticos momentos en los que todas las integrantes difieran entre ellas o tengan opiniones muy distintas que les hagan replantearse su posición. Y lo de poner el hecho de que “todas están buscando lo mismo” como excusa para que no se peleen entre ellas… no me vale. Porque cualquier grupo de música tiene un objetivo común apartando los deseos más personales de cada uno y, aun así, hay bastantes que se acaban separando porque sus integrantes acaban teniendo pensamientos distintos. Aunque también entiendo esta decisión. Entiendo que hayan optado por eliminar el máximo conflicto entre las chicas que forman la banda para evitar que la trama se alargue y no darle más vueltas de las necesarias. Y, aun habiendo dicho esto, se siente la emoción de las protagonistas y se nota que quieren llegarle a la gente que las ve. Y es que, realmente, “Love Live” transmite una sensación de amor y paz. El mensaje que nos quiere enviar es uno sobre la felicidad, la pasión y la amistad. Lo curioso es que nos quiere transmitir este mensaje a través del baile. Aquí es donde la serie entra en conflicto. Da la casualidad que hay una amiga de la cual soy muy cercano y resulta que ella hace hip-hop y danza contemporánea. Y sé perfectamente que el estilo de baile no es el mismo que en “Love Live”, pero… os lo pondré así: en cualquier estilo de baile en el que se baila en grupo, no solo cuenta el hecho de saber bailar bien. Porque, aunque una persona sepa bailar muy bien, a lo mejor a otra no se le da tan bien. Y esto, por supuesto, es sentido común. Sin embargo, hay más cosas. Hay que medir bien los tiempos, ir coordinadas, vigilar la colocación de cada persona en el escenario, cantar al unísono y lo que es más importante: no eclipsarse las unas con las otras. Cierto es que en muchas actuaciones de baile debe haber un “centro”, una persona que sea la capitana y maneje a las demás, pero es un caso especial. En tales casos, esta persona concreta debe hacer pasos de baile que los otros bailarines no hacen y destaca por encima de éstos debido a su actuación. Aquí, en “Love Live”, esto de ser el “centro” existe, pero de forma demasiado… literal. Más que destacar por encima de las demás, cuando una de las protagonistas hace de “centro” lo único que hace es colocarse en el centro de todas las chicas y llevar una vestimenta diferente. Tampoco se busca llamar la atención más de la cuenta porque supongo que lo que importa en esta serie no es que destaque una sola persona, sino que todas aporten su pequeño granito de arena. Pero entonces, si este fuera el caso, veo innecesario explicar la importancia de tener un “centro” en la actuación si luego no se va a aprovechar la ocasión para mostrar algún progreso individual.  Y no solo es eso. Cuando veo actuaciones de baile de esta amiga mía me quedo paralizado. Es increíble porque uno puede fácilmente apreciar la compenetración y la cohesión de grupo que hay entre ella y sus compañeras. Se pueden observar los cambios de colocación, los movimientos tan naturales que hacen y en ningún momento es posible apartar la vista. ¿Y a qué se debe esto? Una de las razones que se me ocurre es el manejo de la cámara. “Love Live” al tener tantos planos que intentan resaltar los movimientos de alguna persona concreta y meter tantos primeros planos, se pierde profundidad. Y de verdad os lo digo: a mí me ponía nervioso que se enfocaran en ciertos momentos en una, dos o tres personas concretas porque, mientras tanto, no sabía que estaban haciendo las otras bailarinas. No sabía dónde estaban colocadas, no sabía si estaban siguiendo la coreografía y pareciera como si ni siquiera estuviesen allí. Por eso me gusta cuando se juega con la cámara desde la lejanía y se crean planos contrapicados para resaltar su colocación en el escenario o para enmarcar que son un grupo bastante numeroso. Además, se ve todo de putísima madre y puedes ver lo que hace cada una. El ejemplo más claro que se me viene a la mente es su opening: tienes la coreografía, los planos generales, contrapicados, de perfil, algunos primeros planos muy puntuales… es perfecto. Por eso me extraña que no se hayan aplicado los mismos conceptos de forma tan efectiva a lo largo de la serie porque así se hubiera sentido más viva. Y sé que muchos pensareis que es injusto que compare los bailes de “Love Live” con la vida misma porque, al fin y al cabo, “Love Live” es una serie de animación y es muy complicado animar movimientos en 3D. Y es que realmente considero “Love Live” como un proyecto arriesgado no solo por el hecho que sea un anime que llame la atención a unos pocos por tratar el baile, sino porque es muy complicado plasmar en dibujo los movimientos que puede hacer una bailarina real. De hecho, me pasaba algo similiar con “Shokugeki no Soma”. No he leído el manga todavía, pero he tenido el honor de ver el anime y aunque me gustó y me enganchó con facilidad, yo no sentía nada por los platos que cocinaban los distintos personajes. Por mucho que los jueces me digan que el plato es exquisito, que huele de maravilla y que exageren sus reacciones para remarcar lo jugoso que es, yo no puedo sentir lo mismo que sienten ellos porque no lo tengo delante de mis ojos. Solo se puede apreciar la presentación del plato, nada más. Sin embargo, no todos los animes que intentan transmitir emociones lo hacen a medias porque ahí está “Shigatsu wa Kimi no uso”. Lo que hace este anime es increíble porque permite transmitir a la perfección los sentimientos de los compositores a través de la música y ahí sí que puedes interpretar la situación a tu manera sin ser un experto de la materia. Y ahora, volviendo a “Love Live”, creo que se quedaron en la mitad del camino… Todas bailan bien y bailan a la vez sin ser precisamente unas expertas. En ningún momento hay fallos cuando actúan en directo y eso en parte es malo, porque esto llevaría a las demás integrantes del grupo a improvisar para tapar los errores de sus compañeras. Pero no todo es malo en “Love Live” porque tenemos a un grupo muy unido e inseparable. Antes de empezar a ver la serie, me asustó la idea de que hubiese tantos personajes importantes porque pensaba que, seguramente, algunos de ellos tendrían su personalidad muy poco definida. Sin embargo y para mi sorpresa, me equivoqué. Mira que es complicado trabajar con tantos personajes, pero cada uno de ellos cumple con su rol y tiene una personalidad propia, igual que ocurre en otras obras como “Baccano”. Se puede ver claramente que son amigas y comparten sus experiencias. Incluso llega un punto en que todas piensan que, si una de ellas abandonara el grupo, ya nada sería igual. Al mismo tiempo, tampoco les hace gracia aceptar a más miembros en su banda porque temen que no puedan captar la esencia que las ha unido a todas ellas. Un grupo inamovible y egoísta, así es como debe ser. Esto es algo que encuentro fascinante porque esto le añade a la serie un poco un poco más de drama, concretamente drama personal. Cuando Honoka recibe las peticiones de otras chicas que les gustaría unirse al grupo, ella se siente deprimida. Deprimida porque no quiere que su grupo cambie y, al mismo tiempo, deprimida porque no quiere negarles su petición y hacerles daño. Y ahora que lo recuerdo, esto aún no lo he dicho: resulta que, para llamar aún más la atención del público, se presentan a un concurso de baile y tal llamado Love Live (que de ahí viene el nombre de la serie). La segunda temporada se basa completamente en eso y en ver cómo van superando cada fase. Entonces, al final, todas deciden disolver el grupo cuando acabe Love Live. Una decisión un tanto dura teniendo en cuenta todo lo que han vivido juntas. Es el fin de una era. Han marcado la historia de su colegio y, después de sentir que han hecho lo que debían, deciden dejarlo todo porque ellas creen que ya han dejado huella. El último capítulo de “Love Live” se siente como un satisfactorio final de una aventura, un camino que Honoka escogió para proteger lo que tanto ama ella, que es su escuela, sus relaciones, sus recuerdos. La disolución de µ’s será algo trágico pero la serie lo intenta camuflar con ese final tan alegre y apasionado, como diciendo que no pasa nada, que la vida sigue. Y aquí es donde termina su aventura, pero todos sabemos que aún les queda un largo camino por recorrer como personas, uno que las llevará a la madurez.

Vaya… al hablar así del final, ahora resulta que no sé en qué tono acabar esta crítica. “Love Live” no es una serie que me desagrade, en absoluto. Lo encuentro como un anime desmitificador con muchas dosis de alegría y buenas sensaciones. Y al final supongo que es esto lo que quiere transmitir el autor. Sin embargo, no voy a retirar nada de lo que he dicho anteriormente porque eran ideas que sobre el papel parecían buenas pero después se vieron arruinadas. Porque hay cosas que, por mucho que quieras, es imposible plasmarlas en una obra de animación. Las sensaciones, los movimientos y la fluidez de un bailarín real no se puede imitar virtualmente. El uso innecesario de demasiados planos puede llegar a saturar al espectador y confundirlo. El hecho de que en ningún momento de la serie se muestre la cara de un hombre resulta curioso pero, ahí queda. Aunque oye, se agradece que las protagonistas no sean solo un puñado de culos y tetas porque entonces se perdería inmersión y habría mucho fanservice. Y al final se soluciona todo porque tiene una buena conclusión, pero… ¿de qué ha servido todo esto? Una vez más, al igual que “One Punch Man”, está muy bien eso de intentar hacer algo diferente y crear algo fresco y original pero ambas obras son muy ambiciosas y, quizás, demasiado. Y también sé que hay mucha gente que ama “Love Live” pero seamos sinceros: es original, es creativo, es frenético, pero no es rompedor. Obviamente está bastante por encima de la media de los animes porque hay mucha mierda suelta por ahí, pero… ya está. El baile no es un tema fácil de tratar, al menos en términos de anime. Pero, aun así, “Love Live” ha conseguido algo que otros animes no conseguirán nunca: reconocimiento y respeto por el arte. Animes como este son los que me hacen ver una tenue luz al final de este oscuro túnel porque, animes como este, hay pocos del mismo estilo que se le puedan equiparar.

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publicado por jpmb a las 12:24 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
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